FOTOGRAFÍA CALLEJERA

EN LA PRIMERA ETAPA DE HABER COMENZADO A PRACTICAR y aprender sobre fotografía, pasaba una temporada en la que tenía como rutina salir una o dos veces a la semana (los días en que me podían relevar con el cuidado de mi abuela) simplemente a recorrer las calles y observar, a "acechar" el momento. 

ESTE EJERCICIO IMPLICÓ PONERME EN ÍNTIMA RELACIÓN con un silencio y soledad que me permitieron percibir la realidad cotidiana de una nueva forma, también me ayudó a superar ciertos momentos críticos de conflicto emocional y existencial. He obtenido muchas tomas que me parecen valiosas desde un punto de vista estético, pero aún más importante, este ejercicio me permitió descubrir una manera poética de contemplar la realidad, de relacionarme con mi propio ser, la fotografía se convirtió en un escape y también en un refugio.